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A veces sucede.
La vida, ese caos que la ficción no logra educar, te lleva a lo Gris.
Al deseo... No de la muerte, la muerte es poética...
No del sueño, el sueño es hermano de la muerte...
Y precisamente se trata de huir de la poesía, de acercarse al anonimato de la hoja en blanco...
Es más bien un género especial de inexistencia, o más bien de existencia no orgánica, mineral, silícea y opaca.
El diamante cediendo a la nostalgia de ser una simple piedra calcárea. La tentación de la figura del cuadro por difuminarse con el fondo.
La vergonzosa tentación de la música por probar las cualidades del silencio.
"Senté a la belleza en mis rodillas y la encontré amarga"
Lo leí hace 5 años, lo entiendo, si de verdad lo entiendo, ahora.

Tal vez descanso de mi mismo.
O tal vez ya no tiene sentido el cantor en un mundo en el que reina la cacofonía del miedo.
Tal vez es un legítimo anhelo de tranquilidad...
O en el fondo, una retorcida manera de seguir singularizandome: Cúanto más se elevan los gritos, las protestas,
elijo ser lo menos convulso de un mundo convulso.

Miro las cosas. No las juzgo. No hago nada por cambiarlas. Me muevo lo justo para sobrevivir.
Nada quiero y nada rechazo.

Y por Dios, no, no uso la religión como coartada.